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domingo, 1 de octubre de 2017

Camino a Urik - Sesión 06 (30/09/17)

Volar

Alkrom pasa sus días intentando ayudar a los caídos en desgracia (y a los que ya se encontraban en ese estado) en las calles de Tyr recibiendo una mezcla de devoluciones de la gente, desde el miedo absoluto por la profanación hasta el agradecimiento moderado. Kivi, por su parte resignado por le momento a ayudar en las granjas, se dedica a estudiar sobre la profanación, descubriendo, para su sorpresa que existen magos capaces de devolver la energía vital a su alrededor al usar magia arcana. Son llamados preservadores y por miedo a la represaría de gentíos ignorantes y sobre todo a los reyes hechiceros, se mantienen en la sombra. Hay un buen número entre la Alianza del Vel. Todos, obviamente, en la clandestinidad. 

Miembros del senado de Tyr 
Los enanos del grupo no tardan en recibir un llamado para otra entrevista con Mahlanda, su contacto en con la alianza del velo. Descubren que las intrigas en el senado pueden afectar mucho más que el rango de algunos nobles o el poder de influencia de algunos gremios. Un aliado de Jaseela, el Senador Vildeen de la familia Tyrthani no parece querer colaborar con muchas fuerzas para la guerra con Urik. Sólo a cedido veinte soldados al Rey Tithian, la Alianza supone que podría enviar hasta cinco veces ese número. 
Vildeen no es un noble de rango medio, pero por su carácter influye a muchos nobles de menor nivel, por lo que si él envía pocas tropas, muchos lo imitarán. Es necesario, para que Tyr siga siendo libre, que el ejército sea lo más grande posible.
Armados con esta información se dirigen de inmediato a la mansión de Jaseela. Un séquito de mercenarios y semigigantes guardan la puerta y les prohíben el acceso. La señora está muy ocupada. Intentan convencer al guardia de que los deje pasar sin éxito hasta que tratan de demostrar que no son simples esclavos haciendo que Coconan se bata en duelo con el mejor guerrero de la casa. Alkrom y Kivi potencian de forma disimulada las habilidades del gladiador con la magia que los espíritus les brindan. La lucha se extiende hasta que el gladiador corta los tendones del semigigante inhabilitándolo para le combate. Furiosos por el daño causado a su guerrero los mercenarios echan a los gritos a los aventureros. 
Sin muchas más pistas deciden adentrarse en el desierto hacia la mansión de Vildeen camino a las minas de Tyr. 
Tras preparar algunas raciones de agua comienzan a avanzar por las granjas mientras termina de bajar el sol. Luego de un par de horas comienzan a penetrar en el desierto y se levanta una pequeña tormenta de arena. Coconan huele un conocido y hediondo olor, como si algo o alguien pasase entre ellos en la tormenta pero, al bajar la arena de nuevo al suelo, no encuentran huellas más que las suyas.

A lo lejos ven la mansión a la que se dirigen y comienzan a debatir cómo deberían aproximarse, entrar sigilosamente no ayudaría en nada, tampoco llegar con las armas desenfundadas. La violencia no parece ser la solución.


Tras mucho tiempo debatiendo el grupo siente como todo se mueve bajo ellos y de un segundo al otro se encuentran volando y atravesando el aire a gran velocidad.


Se encuentran volando sobre una Raya gigantesca. Sin saber qué hacer se concentran mantenerse firmes sobre la terrible criatura. Kivi les advierte que es una criatura pacifica pero no por eso poco peligrosa, no deben hacerla enfadar. Si bien el monstruoso animal no los pone en peligro directamente, los expone a predadores del aire, como descubrirían pronto. Un grupo de cuatro hombres buitre aparece volando e intenta cazar al grupo sobre la raya. 
Hombre Buitre
Uno de ellos manejaría el poder de los espíritus, invoca una tormenta eléctrica sobre el grupo lanzando rayos que dañan a Eriana, Coconan y Kivi. El combate es incierto, la raya vuela a gran velocidad y el peligro de caer es constante. Obviamente Kivi y Alkrom centran su magia de control mental sobre el buitre invocador dejándolo fuera de combate. Coconan aprovecha que una de las criaturas se acerca para saltar sobre ella y así poder sacarla de combate e intentar bajar de la gigante criatura. No lo vuelven a ver. El resto continua el combate hasta que los agresores mueren o huyen y vuelven a concentrarse en la Raya voladora sobre la que vuelan sin saber con qué rumbo. Con ayuda de Alkrom, Eriana usa su látigo hasta que lo puede posicionar como rienda para intentar guiar al monstruo como si fuese un Erdlu. Logran hacer que comience a virar, pero poco después parece que pierde su fuerza de vuelo y comienza a descender bruscamente al suelo. Todo alrededor parece borroso...

Kivi Vs el Aaracokra Místico


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