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lunes, 16 de octubre de 2017

Tyranny of Dragons - Sesión 32 (08/10/17)

Torre de Xonthal

Logran descansar en el laberinto un poco, o mucho, la percepción del tiempo es distinta para cada uno. En la corrida luego de esquivar a las armaduras animadas Rosleaw y Naia se pierden en el laberinto. El resto del grupo, decidido a recuperar la máscara azul avanzan sabiendo que volverían a encontrarse con las armaduras. Sin otra opción más que volver al mismo lugar por el laberinto se enfrentan de nuevo a los enemigos reanimados. La situación se repite, hasta que una pequeña gema aparece sobre el cuerpo caído de una armadura antes de que esta se reanime. Fahir no pierde tiempo, toma la gema y huyen por el laberinto para volver a llegar al reloj de sol. 
El siguiente camino también está errado. Llegan a un pequeño estanque dónde un humano extraño se encuentra tomando el té en una pagoda en el medio del pequeño cuerpo de agua. Intentando investigar son invitados a beber con esta criatura de exóticas ropas. Instantáneamente la pava, que tiene un rostro turbio grabado, comienza a emanar un gas horrible, la pagoda se cierra con paredes de piedra y la criatura desaparece. El recinto, ahora cerrado, se empieza a llenar de gas. Aloun no tarda en tirar la pava al suelo rompiéndola. El gas dejar de llenar el lugar, las paredes de piedra caen y la criatura aparece dejando ver su verdadera forma, es un Dao. Es aniquilado en poco tiempo.

Esta vez Aloun decide intentar algo nuevo y en vez de seguir por un camino intenta atravesar la ligustrina. El resto la sigue y llegan a la base de la torre. Allí encuentran el cadáver del cultista que cayó por el balcón y un círculo de teletransportación. Utilizando los dibujos mágicos del círculo son enviados al interior de la torre. Para su sorpresa el interior tiene paredes circulares aun habiendo visto desde el exterior que la torre tenía una sección cuadrada. Recorren todos los pisos de la torre utilizando los cìrculos de teletransportación en cada piso sin saber muy bien el orden real de ellos ya que no tienen referencias físicas de dónde se encuentran. En su recorrido liquidan unos cuantos cultistas y detienen un extraño ritual dedicado a Tiamat dónde dos sacerdotes controlan un altar que presenta dos patas de huesos de dragón que atacan al grupo. No tardan en destruir a todos los cultistas, sacerdotes, templo y huesos. 
Más adelante ingresan a una habitación con un telescopio y muchos planos de estrella y material de astronomía. También son emboscados pero capturan al líder de este grupo que es interrogado y convencido por Fahir para dar información. Saben que la máscara azul efectivamente está allí, que Iskander traicionó al culto y que necesitan un pequeño reloj de arena para ingresar al Dungeon, que es dónde Xonthal en verdad trabajaba.
Jorgen Pawl, Líder cultista
Armados con esta información se transportan al "Dungeon". Encuentran un rastro de sangre y no dudan en seguirlo. En la primer habitación se enfrentan a unos elementales guardiantes, uno de tierra y dos de fuego con las mismas capacidades que Lem al transformase. Deciden que lo mejor es pelear en el pasillo, pero las criaturas no avanzan por allí, evitan el combate pero no inspeccionan la sala. 
Guardián de Fuego
Pronto encuentran una gigante biblioteca circular de la que roban un montón de libros de los temas que les interesan a cada uno. Además Fahir encuentra la entrada secreta a una sala con un cristal colgando, emitiendo magia y encadenado a paredes, techo y suelo por el cual pueden inspeccionar el plano de fuego, según deducen por los mapas de este plano en la mesa central de la biblioteca. Sin mucho más que hacer siguen explorando.
Se encuentran en una sala dónde un Efreeti espera a Xonthal para terminar una partida inconclusa de ajedrez, aunque el mago esté ausente hace ya siglos. Un gigante mago del plano de fuego de piel rojiza, según ha aprendido Aloun en sus viajes. Al parecer Taraz, el Justo, era prisionero de Xonthal, quien lo tenía allí para exigirle deseos. Nethras lo libera rompiendo el círculo de sal que lo encerraba. El genio no muestra un ápice de agradecimiento y se teletransporta inmediatamente.
En la siguiente sala encuentran dos gigantes relojes de arena que habrían formado parte de algún experimento, pero hoy ya carecen de magia, y el cuerpo de Iskander muerto y herido, las huellas de sangre llegan hasta él. Por lo que deducen, las heridas mortales fueron causadas por los elementales. Recuperan la máscara e intentan investigar los relojes que cuelgan del techo por varias cadenas y mecanismos para girarlos. Al hacer correr de nuevo la arena por rotarlos ciento ochenta grados ven pequeños diamantes en el interior. Destruyen los relojes de arena, recuperando una buena cantidad de estas joyas y enterrando a Iskander. Se disponen a regresar con la máscara.

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